lunes, 24 de octubre de 2011

La Técnica: Disparadora de Cambios Revolucionarios



Aquiles Gay, ingeniero mecánico-electricista, posgraduado en Ciencias de la Educación; coautor de los Contenidos Básicos Comunes para la Educación General Básica, del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación; coautor de los lineamientos curriculares para Educación Tecnológica de la provincia de Córdoba; integrante del equipo de capacitación en Tecnología del Programa de Capacitación Docente del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación.




LA TÉCNICA DISPARADORA DE CAMBIOS REVOLUCIONARIOS
La técnica es tan antigua como el ser humano, Ortega y Gasset decía en el año 1933, «El hombre empieza cuando empieza la técnica; sin la técnica el hombre no existiría ni habría existido nunca; Hoy el hombre no vive ya en la naturaleza sino que está alojado en la sobrenaturaleza que ha creado en un nuevo día del Génesis: la técnica; La técnica es lo contrario de la adaptación del sujeto al medio, puesto que es la adaptación del medio al sujeto; La técnica es la reforma de la naturaleza; Un hombre sin técnica, sin reacción contra el medio no es un hombre; El afán de ahorrar esfuerzos es lo que inspira a la técnica.»[1]
En forma amplia, se entiende por Técnica un conjunto de conocimientos, capacidades y procedimientos que tiene como objetivo la obtención de un resultado (en el campo de la ciencia, de la tecnología, de las artesanías o de otra actividad),
La Técnica está presente en múltiples campos del quehacer humano, y en cada uno tiene características propias (por ejemplo: técnica de la producción de bienes, técnica de la natación, técnica de la conducción de vehículos, técnica del canto, etc.).
Pero en nuestras actividades cuando hablamos de técnica (sin otra calificación) nos referimos específicamente al campo de la producción de bienes (materiales e inmateriales), es decir limitamos el alcance del término, y lo definimos como el o los procedimientos que tienen como objetivo la fabricación de productos (transformación de la materia) o la provisión de servicios.
La técnica, y a partir del siglo XVIII su variante la tecnología, han acompañado permanentemente el desarrollo de la sociedad humana buscando hacer la vida más cómoda y confortable.
Sin el auxilio de la técnica la vida del ser humano en el planeta tierra hubiera sido muy dura pues está demasiado desprotegido frente a los peligros del medio y los desafíos de la naturaleza.
En su desarrollo histórico la técnica fue cambiando su ritmo y consecuentemente cambiando el ritmo de la sociedad provocando en muchos casos cambios tan profundos que podemos llamarlos revolucionarios. Remontándonos en el tiempo podemos mencionar la llamada Revolución Neolítica, la primera gran transformación de la forma de vida humana, que marcó el paso de la vida nómada en la que había una economía basada en la recolección, la caza y la pesca, a una vida sedentaria con una economía de producción (agricultura y ganadería). Este proceso tuvo lugar hace más de 9 mil años (VIII milenio a. C.).
Más relacionadas con el mundo de hoy podemos mencionar otras revoluciones como: La REVOLUCIÓN TÉCNICA DEL MEDIEVO (consecuencia del reemplazo de esfuerzos físicos o musculares del ser humano o de los animales por la máquina, en este caso los molinos, sobre todo los de agua), LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (consecuencia del reemplazo, no sólo de esfuerzos físicos o musculares sino también de actividades manuales del ser humano por la máquina), LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL o REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA (consecuencia de la introducción de la electricidad y de nuevos medios de transporte), y LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA-TECNOLÓGICA (revolución que estamos viviendo y en la cual hay también reemplazo de actividades intelectuales por dispositivos electrónicos).
A lo largo de la disertación analizaremos estas cuatro revoluciones, que marcaron indeleblemente el ritmo de la sociedad, y podemos decir generaron el mundo en que vivimos, un mundo Tecno-.


[1] ORTEGA Y GASSET. Meditación de la técnica. Madrid, Revista de Occidente, en Alianza Editorial, 1982.

No hay comentarios:

Publicar un comentario